Cuando tienes un negocio, hay que gestionar muchos aspectos: objetivos, estrategias, empleados e incluso deudas. Aunque las deudas surgen inevitablemente, a veces pueden generar presión si no se controlan.
Este fenómeno puede desanimar a los empresarios si la empresa se endeuda demasiado. Para mantener estas deudas bajo control, descubra cuáles son los principales tipos de deuda y cuáles son las soluciones para minimizarlas.
¿Qué son las deudas?
Los pasivos son obligaciones de la empresa, derivadas de eventos pasados, como resultado de los cuales se obtuvo un beneficio económico. Además, la liquidación de la deuda implica un consumo de recursos (pago de efectivo, transferencia de otros activos o transformación de una deuda en otra).
¿Qué tipos de deuda hay?
El balance de una empresa puede incluir los siguientes tipos de pasivos:
- Préstamos bancarios: son formas de financiación a corto, medio y largo plazo ofrecidas por instituciones bancarias (a menudo implican intereses y garantías).
- Préstamos provenientes de emisiones de bonos: se refiere a los fondos obtenidos de la venta de títulos de crédito negociables, por los cuales surge la obligación de pagar cuotas e intereses vencidos.
- Cuentas por pagar comerciales: surgen como resultado de una relación contractual con varios socios por materias primas, bienes adquiridos y servicios recibidos.
- Obligaciones fiscales, salariales y sociales: incluyen impuestos y tasas, salarios y otros derechos de los empleados, contribuciones sociales/fondo de desempleo/seguro social de salud.
- Deudas con asociados por operaciones de capital: son obligaciones de pago a asociados/accionistas por el pago de dividendos, deudas dentro del grupo o capital a reembolsar.
- Otros tipos de pasivos, por ejemplo clientes-acreedores: obligaciones de pago para clientes que han pagado por adelantado los productos y/o servicios que se les proporcionarán.
Deuda: ¿cómo se puede minimizar?
El primer paso para minimizar la deuda es realizar una auditoría de todos los tipos de deuda. En esta etapa, se analiza críticamente la capacidad de endeudamiento. En otras palabras, se observa si:
- está dispuesto a endeudarse más;
- La deuda actual es el resultado de gastos pasados que no volverán a ocurrir.
Además, identificar la causa que provocó la aparición de una deuda contribuye a encontrar la solución adecuada.
A continuación, hay que prestar atención a aquellas deudas que son más urgentes. En caso de impago, pueden afectar el normal funcionamiento del negocio. Estos incluyen: proveedores, pagos de hipotecas, alquileres, préstamos bancarios, etc.
Independientemente del nivel de deuda, los empresarios tienen la responsabilidad de mantener una comunicación transparente con sus acreedores. Se recomienda explicarles la situación en la que se encuentra el negocio y que están en el proceso de encontrar las soluciones óptimas para solucionarla. En algunos casos, existe la posibilidad de que también ofrezcan algún consejo que pueda sacar al contratista del apuro como, por ejemplo, aceptar una opción de pago dentro de un plazo determinado.
La comunicación también es importante cuando se trata de cobro de deudas. Si los clientes no pagan sus facturas a tiempo, habrá que llamarlos para recordárselo. Nunca se sabe lo que pudo haber pasado y, a veces, una simple llamada telefónica puede aclarar una situación.
La disminución de las ventas puede ser una razón por la cual la empresa no puede obtener los ingresos suficientes, necesarios para cubrir los gastos. Así que observe de cerca su inventario para determinar qué se vende y qué no. Puede optar por dejar de vender productos no rentables u obsoletos. También tienes la opción de venderlos a precio reducido para generar ingresos. Además, elimina el riesgo de aumentar las existencias e, implícitamente, los costes de almacenamiento/alquiler.
Prestar atención al flujo de caja y a las fuentes de financiación
Otra forma de minimizar la deuda es mejorar su flujo de caja. Se puede equilibrar de las siguientes maneras:
- Reducir costos innecesarios;
- Renegociación de crédito de proveedores;
- Cobro oportuno de las facturas emitidas a los clientes; de lo contrario, las empresas tienen la opción de recurrir al ‘factoring’. A través de este servicio, las facturas emitidas a los clientes se pueden vender para obtener de manera rápida y eficiente el efectivo necesario para pagar los costos actuales.
Para cubrir deudas, se recomienda identificar aquellas fuentes de financiamiento flexibles. Si hay facturas que los clientes aún no han pagado, se pueden capitalizar mediante ‘factoring’. A diferencia de los préstamos tradicionales, este servicio no requiere la devolución de los recursos financieros obtenidos luego de un cierto período de tiempo. Además, la obtención de dinero de los clientes es responsabilidad de la empresa de ‘factoring’.
Otras fuentes de financiación consisten en la liquidación de algunos activos o la búsqueda de un nuevo inversor. Sin embargo, estas fuentes de financiación implican ciertos riesgos, por lo que las soluciones deben analizarse detenidamente.
CONCLUSIONES
El éxito de muchas empresas depende de su capacidad para gestionar el flujo de caja de forma eficaz. El desarrollo de procesos operativos bien estructurados, la identificación de fuentes de financiación sostenibles y la gestión eficiente de las deudas pueden contribuir a lograr el equilibrio financiero, evitando al mismo tiempo la aparición de deudas incobrables. Además, a través de una gestión óptima de la deuda, las empresas pueden minimizar los costos, facilitando un mayor rendimiento empresarial.